Y sin saber cómo me encontré frente a un acantilado deseando tirarme, pero por alguna razón no lo hacia de una vez. Algo me detenía pero no sabia el que, si las ganas de volver a verle, ese recuerdo de sus labios o simplemente la idea de hacer daño a mis seres queridos.
Ya no había nada en ese mundo que pudiera superarle, definitivamente estaba enamorada de él y de la idea de que algún día reconocería que me quería y estaríamos juntos para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario